jueves, 11 de junio de 2009

RT#08 Atazar [220Km - 03:30]

Con el provisional en la mano, toca extrenarlo.
El próximo viernes nos iremos al pantano de El Atazar, desde Lozoyuela, para terminar en Patones
Por primera vez, se apunta a la escapada Palito.


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El tiempo en Patones....

[Editado 12/06/09 18:00]

Ya estamos de vuelta y, a parte de las risas que nos hemos echado, ¡vaya calorín que hemos pasado!, ¡Diós!.

Ilusos de nosotros, ayer pensamos que, para salir mas pronto, lo mejor sería recoger la moto en Pozuelo por la noche. Así saldríamos directamente desde Batán. ¡Los Cojones!.

Lo hicimos, si. Pero después de la visita al Frankfurt, las jarras, el Silbra, los pelotes y los dardos..., como que la amanecida ha sido, digamos lenta. Además, un servidor, con la emoción de coger la burra, se dejó las llaves y el asiento abierto en el garaje de Mario.
De manera que, después de un desayuno complicado, nos hemos tenido que ir a Pozuelo para apañar el asunto.
Aprovechando las situación, hay quién dejo parte del cuero en casita. Si no lo llega a hacer, se deshidrata.
Por cierto, estos dos cabrones bataneros me regalaron ayer la colección de
Sencillamente, ¡¡Bárbaro!!

Bueno, a lo que chana.
Aliviados de pieles, con las llaves recogidas, y los Walkies chutando, nos ponemos en carretera en dirección a la A1.

La sensación es radicalmente distinta (como no). El embrague, el freno trasero ¡inexistente!, los pesos, las curvas. Todo apetecible, pero ¡hostias! que cambio.
Me empiezo a pelear con la 2ª. No quiere entrar. Mas tarde me informarían que en esta moto la 2ª entra con dos cojones. Tienen razón: es la manera. Aunque no siempre me acuerdo de hacerlo.

El comienzo, con calma, que no hay prisa. Entre que te estés quieta y ponte pa'ya, salimos de Madrid y nos ponemos a darle al puño. La media a 120, que no da para mucho mas, salvo cuando se embala. No hace falta más.

Empezamos a sentir los calores de la muerte en la moto. El lorenzo que cae lo hace con mala hostia y no encuentro el botón del AA. Unas cuantas posturitas para refrescar los huevos, pero ni por esas.
A la altura de La Cabrera paramos a echar caldo. La GC nos saluda en el cambio de sentido..., sin pararnos.

Tomamos aire y seguimos.
Ya estamos cerquita de Lozoyuela. Cuando llegamos, tomamos la M-131 y empezamos a ver muertos. Algunos hasta "suenan". Curvitas amplias hasta el desvío de la M-133.
Nada mas entrar en la carretera, nos cruzamos con una R retorciéndose en la primera curva. Promete...., ¡por los cojones!. entre que una es novicia y que él de la MuebleW no se ha tomado su nocilla, las curvas me las tomo con "delicadeza". Con tiempo y una caña..., Diós dirá. Mientras tanto, a disfrutar del paisaje.
Aun así, mola.

Al llegar al mirador de la presa (13:05) nos echamos un piti y, justo cuando lo estaba diciendo Mario, llama Alex.

[Mario]- éste ya está en Patones...
[Antonio]- venga yáaaaaaa
[Alex]- ¿dónde coño estáis?
[Antonio]- pueeés aquí, echando un piti.
[Alex]- y...., ¿dónde es aquí?
[Antonio]- en la presa.
[Alex]- ¡hostias!, estoy en Patones de Arriba.
[Antonio]- 15 minutos y nos vemos, talueeeeeeeeee

Ala, a salir pitando.

La bajada a Patones es algo más ratonera. Pero no estamos para florituras. Lo divertido es subir a Patones.
Al llegar nos encontramos a Alex, sentado bajo una sobrilla, cervecita en la mesa y pasando el resacón. Le acompañeremos.
Aunque el cuerpo pide 10 ferbes seguidas, nos cortamos. Eso si, deboramos las tapas. Será el calor...

A pesar de las advertencias, se emperran en dar una vuelta por el pueblo buscando un sitio para comer. Nos arrepentiremos muy pronto. Entre que en este pueblo no usan las calles planas y que tanta denominación de excelencia, turismo, spa y demás puñetas hacen que tomar algo se convierta en un sablazo (6 cañas, 19€), decidimos irnos a Torrelaguna a picar.
Para ese momento las motos estaban a fuego. Ni chaqueta abierta, ni leches. Sudamos lo que no está escrito.

En Torrelaguna la gente es inteligente: si hace calor, no salen a la calle. Depués de dar un par de vueltas, terminamos por quedarnos en la Antigua Casa Patata.
Cuado nos sentamos a la mesa tenemos todos unas caras de desmaya'os que asustamos. Nos toca ducharnos en el baño para empezar a ser personas.
Unas cervecitas y nos metemos unos menús, que lo pide el cuerpo.

El problema de comer es que luego hay que echarse la siesta. Y mas, con estos calores. El camarero (que parece sacado de Padre de Familia), nos recomienda unos prados, camino de Venturada, para echarnos al fresco.
No lo pensamos mucho y salimos.
Antes paramos en la gasolinera, que Alex va seco.

El bosque???? lo encontramos, pero.....
Nos limitamos a echar unos pitis, bajar un poco la comida y salimos para Madrid.
Antes, Alex dió cuenta de los tickets del cajero (que son muy socorridos)

La vuelta, sencilla. Poco tráfico.

1 comentario:

  1. Para la próxima, nos podríamos acordar de echar alguna fotito. Que luego mola verlas, ¿no?

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