Ver RT#09 S. Martín de Valdeiglesias en un mapa más grande
Hoy no tenía ganas de madrugar....
Sobre las 12 de la mañana me pongo las botas y decido darme un garbeo con la Venox. Como no hay demasadiado tiempo, creo que acercarme por el pantano de San Juan puede estar bien.
Hace buen tiempo, ni frio ni calor. Aun así, tiene pinta de cierta amenaza de lluvia.
Lástima que la muebleW de Mario esté en el dique seco. Hubieran estado bien unas birritas juntos.
Como aun no está la cosa para demasiadas florituras, todo el camino lo haré por la M-501, la carretera de los pantanos. Así podré ir cogiendo confianza con el bicho. Por el camino, poco tráfico en dirección a Pelayos. El follón estaba para volver a Madrid (...los que madrugaron).
En seguida compruebo que mis botas son cojonudas..., pero demasiado anchas en la puntera. Será cuestión de tiempo, pero creo que me falta tacto con el cambio.
Durante todo el viaje el viento me da en la cara. Al principio intentaba meter la 5ª, pero me doy cuenta que no merece la pena. En cuanto la meto, la moto se ahoga. Pues nada, en 4ª todo el rato.
Las curvas son amplias y piden gas, pero..., a mi me cuesta meter la moto. Pienso que me voy a salir por el exterior cagando leches. Poco a poco trato de tumbar, pero cuesta. La sensación es de: "...si le doy un poco mas, salgo volando..." Aun así, mola.
Tardo poco en llegar a las Navas del Rey. A partir de ahí se termina la autovía y enpieza el puerto. Tengo la mala suerte (o no) de ponerme detrás de un tipo con serios problemas con el coche. Se toma las curvas con mucha, muuuucha calma. Mira por donde, eso me da confianza.
Hacía mucho tiempo que no pasaba este puerto. Lo recordaba mucho mas corto (de hecho, lo es).
Me llama la atención que en Picadas la gente se está bañando. ¡Vaya huevos!
A partir de aquí empieza lo desconocido. En casi 20 años esto ha cambiado muchísimo. Nada mas salir del puerto empiezan las nuevas rotondas. La antigua carretera que subía a Ciudad San Bruno se ha convertido en una estupenda entrada a las urbanizaciones; han hecho una perfecta circunvalación que rodeo Pelayos y su entrada de tiendas de motos, barcos y material agrícola.
A la salida del pueblo está la carretera que sube a Cadalso de los Vidrios. Recuerdo aquella carretera como un camino precioso entre pinos. Decido subir.
Uhmmmm, mala idea.
La carretera es un puto truño. Para empezar, un cartel advierte que la línea pintada sólo indica..., pues eso, la carretera. Vamos, que esta de decoración. Del asfalto, poco que decir: simplemente no existe. Una pequeña loncha en la parte central recuerda que allí echaron hace mucho tiempo algo de alquitrán; el resto son terrones.
¡La moto vibra como la madre que la parió!. 1, 2, 3, media vuelta y que le den pol'saco a Cadalso.
Pues nos vamos a San Martín.
El pueblo está muy vivo.
Hay bastantes bares y terrazas al borde de la carretera y pasan continuamente grupos de motos de vuelta a Madrid.
Callejeo un rato y me paro en el Cafe-Teatro. Es un edificio del siglo XIX bastante chulo. Aunque tiene terraza, por allí no pasa ni Diós. Dentro atiende la barra una dominicana simpatica que me pone una ración de paella gigante con la copa de Sin Alcohol (empiezo a odiarla).
Un par de pitis y de vuelta a casa.
En días como hoy, la cazadora perforada da mucho juego. Cada vez me gusta mas. No estorba nada, trasfira de la leche y es muuyyyyy cómoda.
Casco, guantes, llaves y pa'lante.
Salgo a la carretera y compruebo que ahora hay menos tráfico de vuelta (mejor). La circunvalación de Pelayos es un tremendo paellón que no acaba nunca. Pide puño, y se lo doy. El asfalto es nuevo y da confianza.
Al entrar en el puerto me acuerdo que, nada mas pasar el embalse de picadas, está el desvío obligatorio para vehículos pesados. Es el antiguo puerto de San juán. Una subida de un único sentido lleno de curvas. Salvo por que un payaso con un León (cómo no) que me pasa sin avisar y casi me tira al suelo, la subida es divertidísima. 3ª/2ª todo el rato y sin apenas frenar. Es una lástima no conocer las curvas, sería mucho mas interesante.
Tengo que repetirlo.
Al entrar en la autovía, el viento es bastante fuerte y entra por la derecha. No importa, la confianza ha subido y el puño pide guerra. En 4ª la moto sube a 140 y en 5ª se mantiene en 130. a pesar de las cuestas. Poco a poco dejo de soltar el puño en las curvas.
Y sí, la moto se agarra, pero eso ya lo comprobaré en otro momento.
Es curioso, la vuelta se me hace muy corta. Vamos, que me lo he pasado bien.Sobre las 12 de la mañana me pongo las botas y decido darme un garbeo con la Venox. Como no hay demasadiado tiempo, creo que acercarme por el pantano de San Juan puede estar bien.
Hace buen tiempo, ni frio ni calor. Aun así, tiene pinta de cierta amenaza de lluvia.
Lástima que la muebleW de Mario esté en el dique seco. Hubieran estado bien unas birritas juntos.
Como aun no está la cosa para demasiadas florituras, todo el camino lo haré por la M-501, la carretera de los pantanos. Así podré ir cogiendo confianza con el bicho. Por el camino, poco tráfico en dirección a Pelayos. El follón estaba para volver a Madrid (...los que madrugaron).
En seguida compruebo que mis botas son cojonudas..., pero demasiado anchas en la puntera. Será cuestión de tiempo, pero creo que me falta tacto con el cambio.
Durante todo el viaje el viento me da en la cara. Al principio intentaba meter la 5ª, pero me doy cuenta que no merece la pena. En cuanto la meto, la moto se ahoga. Pues nada, en 4ª todo el rato.
Las curvas son amplias y piden gas, pero..., a mi me cuesta meter la moto. Pienso que me voy a salir por el exterior cagando leches. Poco a poco trato de tumbar, pero cuesta. La sensación es de: "...si le doy un poco mas, salgo volando..." Aun así, mola.
Tardo poco en llegar a las Navas del Rey. A partir de ahí se termina la autovía y enpieza el puerto. Tengo la mala suerte (o no) de ponerme detrás de un tipo con serios problemas con el coche. Se toma las curvas con mucha, muuuucha calma. Mira por donde, eso me da confianza.
Hacía mucho tiempo que no pasaba este puerto. Lo recordaba mucho mas corto (de hecho, lo es).
Me llama la atención que en Picadas la gente se está bañando. ¡Vaya huevos!
A partir de aquí empieza lo desconocido. En casi 20 años esto ha cambiado muchísimo. Nada mas salir del puerto empiezan las nuevas rotondas. La antigua carretera que subía a Ciudad San Bruno se ha convertido en una estupenda entrada a las urbanizaciones; han hecho una perfecta circunvalación que rodeo Pelayos y su entrada de tiendas de motos, barcos y material agrícola.
A la salida del pueblo está la carretera que sube a Cadalso de los Vidrios. Recuerdo aquella carretera como un camino precioso entre pinos. Decido subir.
Uhmmmm, mala idea.
La carretera es un puto truño. Para empezar, un cartel advierte que la línea pintada sólo indica..., pues eso, la carretera. Vamos, que esta de decoración. Del asfalto, poco que decir: simplemente no existe. Una pequeña loncha en la parte central recuerda que allí echaron hace mucho tiempo algo de alquitrán; el resto son terrones.
¡La moto vibra como la madre que la parió!. 1, 2, 3, media vuelta y que le den pol'saco a Cadalso.
Pues nos vamos a San Martín.
El pueblo está muy vivo.
Hay bastantes bares y terrazas al borde de la carretera y pasan continuamente grupos de motos de vuelta a Madrid.
Callejeo un rato y me paro en el Cafe-Teatro. Es un edificio del siglo XIX bastante chulo. Aunque tiene terraza, por allí no pasa ni Diós. Dentro atiende la barra una dominicana simpatica que me pone una ración de paella gigante con la copa de Sin Alcohol (empiezo a odiarla).
Un par de pitis y de vuelta a casa.
En días como hoy, la cazadora perforada da mucho juego. Cada vez me gusta mas. No estorba nada, trasfira de la leche y es muuyyyyy cómoda.
Casco, guantes, llaves y pa'lante.
Salgo a la carretera y compruebo que ahora hay menos tráfico de vuelta (mejor). La circunvalación de Pelayos es un tremendo paellón que no acaba nunca. Pide puño, y se lo doy. El asfalto es nuevo y da confianza.
Al entrar en el puerto me acuerdo que, nada mas pasar el embalse de picadas, está el desvío obligatorio para vehículos pesados. Es el antiguo puerto de San juán. Una subida de un único sentido lleno de curvas. Salvo por que un payaso con un León (cómo no) que me pasa sin avisar y casi me tira al suelo, la subida es divertidísima. 3ª/2ª todo el rato y sin apenas frenar. Es una lástima no conocer las curvas, sería mucho mas interesante.
Tengo que repetirlo.
Al entrar en la autovía, el viento es bastante fuerte y entra por la derecha. No importa, la confianza ha subido y el puño pide guerra. En 4ª la moto sube a 140 y en 5ª se mantiene en 130. a pesar de las cuestas. Poco a poco dejo de soltar el puño en las curvas.
Y sí, la moto se agarra, pero eso ya lo comprobaré en otro momento.
Conclusiones:
- A esto se le coge el aire a base de hacer Km.
- Con 150 de goma en el culo, la moto se tiene que agarrar por cojones. Pero calma, no hay prisa.
- Algún día me atreveré a frenar con ganas..., cuando le coja el truquito.
- Con 4 tiempos, el motor retiene que da gloria. Si te pasas, te quedas parado demasiado pronto. hay que aprovecharse de ello.
- La 2ª, en carretera, está de adorno. Salvo que ratonee mucho, ocurre como en la anterior: te quedas parado y puede que alguno trate de pasar por encimo tuyo.
- El AGV esta bien para ciudad. En carretera, parace una orquesta. Suena como la madre que lo parió.
- La próxima, ¿ahonde vamos?
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